El Gobierno balear protesta ante la RFEF y pide replantear a Arabia Saudí como anfitrión de la Supercopa

El Gobierno de Baleares ha presentado una queja formal ante la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) por los “graves incidentes” que se produjeron a la salida del estadio King Abdullah de Yeda, en Arabia Saudí, tras el partido de semifinales de la Supercopa de España entre el Real Club Deportivo Mallorca y el Real Madrid. La delegación mallorquinista denunció una notable falta de seguridad en los alrededores del estadio, lo que provocó situaciones de tocamientos y acoso por parte de los aficionados saudíes hacia los seguidores del Mallorca, especialmente a las familias de los futbolistas que habían asistido al encuentro. En la misiva enviada este miércoles al presidente de la RFEF, Rafael Louzán, el consejero de Turismo y Deportes del Gobierno de Baleares, Jaume Bauzà, exhorta al organismo a “reconsiderar” la conveniencia de Arabia Saudí como sede para la Supercopa de España en futuras ediciones. No obstante, esta solicitud podría no tener impacto, ya que el contrato vigente no finaliza hasta 2029 y, además, la intención de la federación es extender dicho acuerdo por cinco años adicionales.

Seis días después de lo sucedido, el presidente de la RFEF, Rafael Louzán, ha pedido por primera vez “perdón” a los aficionados mallorquines por lo que ha calificado de “problemas y momentos difíciles” a la salida del estadio, sin calificarlos como acoso o tocamientos, como denunciaron las mujeres de la expedición, y ha reiterado su deseo de volver a Arabia Saudí a celebrar futuras ediciones. Tras una reunión que ha mantenido en Valencia para coordinar las ayudas a la recuperación de los campos de fútbol tras la dana que asoló la provincia en noviembre, Louzán ha lamentado lo ocurrido con los aficionados mallorquinistas que se desplazaron a más de 5.000 kilómetros de distancia para presenciar el partido. “Vamos a intentar, porque además esta edición de la Supercopa ha sido muy exitosa porque ha sido una de las más seguidas de las celebradas en Arabia Saudí, que podamos volver allí y que no vuelvan a repetirse situaciones de estas”. Louzán no había hecho ni una sola referencia a los incidentes y las denuncias de los aficionados mallorquinistas durante los actos públicos de promoción de la Supercopa que se llevaron a cabo en Yeda el pasado fin de semana.

Horas después del partido de semifinales, aficionados mallorquines desplazados a Yeda publicaron vídeos en distintas redes sociales en los que se podía ver al público local increpándoles desde las gradas. En declaraciones a la televisión pública IB3, Cristina Palavra, esposa del jugador del Mallorca Dani Rodríguez, denunció que los hombres locales les habían hecho fotos sin permiso y les habían acosado. “Nos hemos sentido un poco desubicados. No teníamos a nadie protegiéndonos. La salida ha sido muy mala” aseguraba. Natalia Kaluzova, pareja del portero Dominik Greif, publicó el relato de lo sucedido en su perfil de Instagram, en el que explicaba que no habían podido ni siquiera ir al baño porque “automáticamente” recibían “comentarios sexuales desagradables”: “Nos persiguieron todo el camino hasta los autobuses. Nos acorralaban por las escaleras del estadio mientras las esposas de los jugadores, que también son madres, llevaban a sus hijos en brazos”. Kaluzova denunció que les habían empujado al llegar al autobús y que golpearon las ventanas; y se lamentaba de que la RFEF no les había proporcionado prácticamente seguridad. Los relatos de otros familiares de los jugadores y de aficionados que habían viajado gracias a un sorteo de entradas del club son similares a los de ambas.